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2003 Galería MARGARITA ALBARRÁN. ArteSevilla – Gg

ARTESEVILLA 5ª EDICIÓN

En 2003 se celebraba la 5º edición de ArteSevilla con una apuesta por “alejarse del hermetismo y encorsetamiento” del arte que en esos momentos se estaba produciendo. Inaugurada en el Palacio de Exposiciones y Congresos por la entonces ministra de Educación, Cultura y Deporte, Pilar del Castillo, la feria acogía 56 expositores entre galerías y coleccionistas. A esta edición se incorporaron siete nuevas galerías sevillanas, entre las que se encontraba la de Margarita Albarrán, de la calle Mesón de los Caballeros de Sevilla. El propósito de la organización (Ayuntamiento de Sevilla y Fórum Filatélico) era dar un instrumento de difusión a los artistas y coleccionistas sevillanos, así como consolidar esta cita entre los programadores de arte, siguiendo el modelo de la feria de ARCO en Madrid. Bajo el nombre de SACO (Feria Internacional de Arte Contemporáneo de Sevilla) la feria se ha mantenido a lo largo de los años, siempre abierta a la curiosidad de un público que, en muchos casos, se enfrenta por primera vez a un arte del que no tiene referencias, un arte que no sabe ver.
Margarita Albarrán llevó a su estand dos espléndidas obras de la serie El Inquilino Elemento de Ricardo Casstillo, que ya habían sido expuestas en su galería el año 2002 en una individual del pintor. En esta galería Ricardo tuvo siempre un papel primordial como asesor, como artista y también como maestro grabador, impartiendo un curso de grabado para un grupo de interesados e iniciados en el arte y en esta técnica, como es el caso del exlibrista Mingyi Choy1. Por eso, para la edición del catálogo de esta feria, de entre los siete pintores que expusieron en la galería, solo se incluyeron las obras de Casstillo. Pincha aquí para ver el catálogo:
R. Casstillo, de la serie El Inquilino Elemento acrílico sobre cartón, 20 x 30 cm, año 2003
Una de ellas fue esta pequeña obra sobre papel, de la serie El Inquilino Elemento, cuyo contenido formal entra de lleno en lo descrito por el autor en su proyecto de Las Tribulaciones del Ser García II:
«CONTENIDO FORMAL
    Barras, líneas, cuadrados, tubos, rodamientos, figuras en sombras y figuras naturalistas conviven en un diálogo abierto de manera unívoca. La factura rápida (automatismo) y la lenta (reflexiva) se unen. Nada es azar, o todo es un azar controlado, como fórmula estética cerrada sin posibilidad de continuidad. Cada cuadro se convierte así en un objeto con vida propia (obra de arte) separándose de su autor, contrario al estilo lineal de muchos pintores que bien se podrían ubicar en lo que yo llamo pintores de fragmentos. Para detectar objetivamente esta idea, basta con cortar literalmente un trozo de tela y nos daremos cuenta de dos cosas:
Primero, que el trozo cortado se conforma por sí mismo como cuadro aislado del contexto de su anterior dimensión.

Y segundo, que, en el hueco dejado anteriormente, puede venir a sustituirlo cualquier otra forma azarosa; solo si esto último fuera añadido de manera reflexiva, tal vez un cuadro perdido podría elevarse a la categoría de obra de arte».
R. Casstillo.
R. Casstillo, de la serie El Inquilino Elemento, acrílico y collage sobre tela, 200 x 200 cm, año 2003
La segunda obra, este cuadro verde de gran formato, vuelve a incorporar el contenido simbólico de antiguos dibujos de siluetas con serpientes enredadas entre las piernas, como obstáculos que impiden el avance. La salamandra como uno de esos elementos mágicos asociados a la resistencia, el fuego y la transformación y dibujos infantiles de sus hijas pequeñas, como el famoso ‘hombre patata’ de su hija Patricia:
El hombre patata, de Patricia Casstillo
Trampantojo del cartel indio
Todos esos elementos trabajados con una técnica que es, como él mismo explica, “un juego bastante interesante”:
Este segundo cuadro, con predominio absoluto de tonos verdes, presenta también una fuerte referencia a la negritud, la santería, los rituales aborígenes, y a plantas sagradas a las que se les atribuyen propiedades sobrenaturales o poderes místicos. Casstillo sentía una gran atracción por los pueblos indígenas africanos, -como los nubas- y sus creencias, que conciben otros dioses, otras lenguas y una cultura amparada por lo ancestral. Fue durante su estancia en La Habana, cuando tuvo la oportunidad de sumergirse en la cultura afrocubana. Allí se introdujo en viejas gallerías, para ver peleas de gallos clandestinas, pudo vivir muy cerca la música, los bailes y compartió algunas costumbres de la comunidad negra. Pero lo que dejó en su retina un profundo impacto fue presenciar emocionantes rituales de santeros que se comunican con los orishas2, que operaban ritos, rezos y técnicas de adivinación. Por eso, estas referencias a la negritud aparecen salpicadas por la mayoría de sus obras de la serie El Inquilino Elemento.
Desde su viaje a Cuba con Jesús Cosano3, influido por estas vivencias, siempre estuvo presente ese mundo negro, no solo en sus cuadros, sino también en colaboraciones durante muchos años con la Fundación Afrohispanoamericana CEIBA. Una de ellas se produjo ese año 2003 en Villanueva del Ariscal (Sevilla), participando como artista plástico en el festival Negros de Arena y Cal, organizado por Palabras de la Ceiba, –revista editada por la fundación–, y por Cultura Bisagra junto a Jesús Cosano.

Gg GUÍA DE GALERÍAS

La Asociación de Galerías Andaluzas de Arte Contemporáneo (AGAAC) editó este mismo año un catálogo de galerías de arte contemporáneo, impulsada por la Consejería de Cultura, que dirigía en esos momentos la socialista Carmen Calvo. Entre las 23 galerías andaluzas, se encontraba la de Margarita Albarrán, una joven galería que había conseguido consolidarse definitivamente dentro del circuito de galerías de arte contemporáneo por haber participado tres años consecutivos en ESTAMPA4 como única galería andaluza; por haber sido admitida en la Asociación de Galerías Andaluzas de Arte Contemporáneo, y, por haber trabajado con artistas de primer nivel como Matías Sánchez, Cristina Lamas, Hugo Wirz, Pedro Simón, Paco Lara-Barranco y el propio Ricardo Casstillo, entre otros. Para esta publicación, Margarita Albarrán confía de nuevo en una obra de Ricardo Casstillo como la imagen que quiere proyectar de su galería. Pincha aquí para ver el catálogo de galerías: Se trata de uno de los cuadros de gran formato de la serie El Inquilino Elemento, con predominio absoluto de tonos azules, que Margarita también había expuesto en su galería entre los años 2001 y 2002. El tratamiento del color en estas obras, una con predominio del verde, otra de azul, otras anaranjadas o grises, pero todas delimitadas por claras líneas fronterizas, está razonado por el autor en su proyecto para El Limbo de las Cosas:
«La fragmentación del COLOR. Igualmente, el color se aloja de manera casi matemática en pequeñas áreas, a veces formando parte de la cosa en sí y a veces ‘alejadas’ del objeto».
R. Casstillo, S/T nº 1 de la serie El Inquilino Elemento, acrílico y collage sobre tela, 200 x 200 cm, año 2003
El cuadro azul vuelve a contener todo un universo de símbolos, dibujos infantiles de sus hijas, referencias al mecanicismo, o a los aborígenes, como en el resto de cuadros de El Inquilino Elemento. Y vuelve a hacer un guiño a la historia del arte, muy especialmente a su admirado maestro Pablo Ruiz Picasso. Para ello escoge uno de los temas más recurrentes en su pintura: el sueño. Lo ilustra a modo de trampantojo como ha hecho en muchos otros cuadros. Pero esta vez quiere dar un toque personal a la copia y dejar de manifiesto que no es una estampa pegada, que no se trata de un collage. Cambia el color del vestido, de los brazos, incluso de la cara de la modelo. Como Ricardo decía: “es un juego muy interesante”. Pinta intencionadamente a la joven inclinada hacia la derecha. Mientras que, en el original de Picasso, la amante Marie-Thérèse Walter5, se reclina hacia la izquierda. Lo más significativo en la reproducción de Ricardo es la línea superior por donde corta la imagen. Si bien Picasso hace reposar el miembro sexual masculino sobre el rostro de la muchacha, la intención premeditada de Casstillo es la de dignificar a la joven modelo, eliminando ese miembro de su cara. Es un gesto de repulsa hacia el trato humillante, que un maduro Picasso inflige –a modo de juguete sexual– sobre la modelo de 17 años.
Pablo Picasso, El sueño, 1932
R. Casstillo nº 1 de la serie El Inquilino Elemento (fragmento)
Ricardo Castillo

Pepa Pineda Villarrubia, Sevilla. Lunes 13 de enero de 2025

NOTAS: 1 ver: https://ricardocasstillo.com/2002-exlibris-los-habitantes-de-mi-casa/ 2 Los orishas son espíritus que desempeñan un papel fundamental en la religión yoruba de África occidental y en varias religiones de la diáspora africana que derivan de ella, como la santería cubana, dominicana y puertorriqueña y el candomblé 3 Jesús Cosano, es uno de los socios fundadores de CEIBA y ha dedicado gran parte de su vida al estudio de la negritud 4 Salón Internacional del Grabado y Ediciones de Arte Contemporáneo ESTAMPA, en el que ya había participado Casstillo en 1999 con la Galería La Caja China.. 5 Pablo Picasso pintaba o esculpía a su amante Marie Thérèse Walter con un pene en plena cara. En lugar de barbilla, el órgano sexual masculino colgaba sobre Marie Thérèse. En el lienzo El sueño, vendido por 125 millones de euros al financiero americano Steven Cohen, el pene divide el rostro de la joven francesa. María Teresa tenía 17 años cuando conoció al artista, de 45. Fueron amantes de 1927 a 1935, año en que nació Maya (80), y llegó Dora Maar.

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