No siempre la bibliofilia se puede entender como erudición. El libro deja de convertirse en un medio para ser objeto digno de veneración. Las deslumbrantes encuadernaciones en tafilete y pergamino, las guardas en raro moaré o los cortes dorados han constituido el ideal para esta afición. En este sentido, el exlibris –expresión latina ‘de entre los libros de’– forma una parte de la tradición que rodea a este universo. Constituye la marca del dueño, el signo de posesión que el coleccionista impone sobre sus volúmenes.
Usado desde tiempos remotos para prevenir el hurto, el exlibris ha sido el método para demostrar al auténtico dueño del volumen. Un buen exlibris, por lo menos, podía avergonzar al ladrón. Entre las precauciones más llamativas en su historia estaban las de Hernando Colón, que solo permitía consultar los libros de su biblioteca de Sevilla a través de barrotes.
Entre los más antiguos podemos considerar los escudos nobiliarios, figuras alegóricas, que frecuentemente aparecen entrelazados con el bestiario del gótico tardío, lemas, emblemas o simplemente el nombre del dueño. Pero será a partir del siglo XVIII cuando los exlibris adquieren las características con las que los conocemos hoy: unas pequeñas hojas de papel, pegadas a las guardas del libro, con el nombre o las armas heráldicas de su propietario.
Algunos de los más hermosos exlibris aparecen en el siglo XIX realizados por artistas dentro de la corriente art nouveau. El modernismo, época floreciente para las artes gráficas, da lugar a verdaderas obras de arte en miniatura.

Hasta tal punto fueron enriqueciéndose con las aportaciones de diversos artistas, que surgirán las primeras colecciones de exlibris, desvinculados de su contexto natural como marca que caracteriza al libro.
La rapidez con que se desarrolla en España durante el siglo XX es vertiginosa, dando paso a un sinfín de nuevos exlibris de la más variada creatividad.
Tras el paréntesis de la guerra civil española se crean las primeras asociaciones de exlibristas: la Asociación de Exlibristas Ibéricos en Madrid y la Asociación de Exlibristas en Barcelona.
Las técnicas de reproducción son de lo más variado. Por lo que respecta al grabado artístico, el método más antiguo es la xilografía o grabado en madera. Buriles, punzones y pequeñas gubias que rebajan la plancha hasta alcanzar la imagen invertida. Pero, además, son muy usados el linóleo, aguafuerte, punta seca, litografía, aguatinta y serigrafía entre otros tipos de impresiones.

AÑO 2002: CASSTILLO Y LOS EXLIBRIS
«Para Casstillo el grabado es una labor de tiempo y de oficio, de cuestión mecánica que él aplica a todo orden de valores en la vida. Esto implica un planteamiento filosófico en sus obras, que van más allá del símbolo y la imagen para considerarse hasta cierto punto una autobiografía» determina Teresa Lafita en la revista EXTAMPA nº9 del año 2008
Su perseverante trabajo tanto pictórico como grabador arranca desde los inicios de su carrera. Sin embargo, el grabado fue su medio de vida más constante, la mayoría de las veces como maestro de los sistemas de estampación y otras muchas como promotor de obra gráfica.
Entre otros muchos frentes, exposiciones, homenajes, proyectos y colaboraciones, Casstillo comenzó el año 2002 impartiendo un curso de grabado en la Galería Margarita Albarrán, en la calle Mesón de los Caballeros, 2 de Sevilla, a la vez que preparaba una gran exposición que le requería todo el tiempo.
Por eso, se vio obligado a abandonar las clases, y centrarse en El Inquilino elemento, que se inauguraría en octubre de ese mismo año. Pero, pasó los trastos del taller y su propio tórculo a su amigo y antiguo alumno Ming Yi Chou, un taiwanés afincado en Sevilla desde los años 90 con una gran formación en técnicas tradicionales, experimentales y mixtas del grabado.
Ming, además, era miembro de la Asociación del Mini grabado en Taiwán y comenzó a formar parte de la Asociación Andaluza de Exlibristas.

Esta Asociación Andaluza acababa de afiliarse a la Federación Internacional de Sociedades Amantes del Exlibris, organismo internacional que aglutina a un total de 36 países, que organizaba encuentros entre los que cabe una importante representación de naciones europeas y favorecía la proyección internacional de los exlibristas andaluces.
EXLIBRIS. VIII ENCUENTRO INTERNACIONAL DEL GRABADO EN TAIWÁN.
De hecho, una de las primeras participaciones de esta asociación andaluza se produce en Taiwán.
De la mano de la Galería Margarita Albarrán, Ming comisarió la sección andaluza que participó en el VIII Encuentro Internacional del Grabado en Taiwán. Para ello contó con 10 artistas, junto a su maestro Ricardo Casstillo, reunió a Juan José Fuentes, Rocío Arregui, la profesora Yolanda Spínola o la ilustradora Cristina Luengo.
Impulsada por la Asociación Internacional Cultural Taiwán-España, esta participación andaluza contó con la financiación del Ministerio de Asuntos Exteriores de España, en coordinación con la Universidad de Sevilla –a través de la profesora Yolanda Spínola Elías-, y consiguió, además, la subvención del gobierno de Taiwán para su celebración.
Fue una propuesta que posibilitó la participación de artistas de todo el mundo con producciones gráficas realizadas con las distintas técnicas de impresión, desde las más antiguas y tradicionales como el grabado xilográfico, el gofrado, el grabado a la punta seca, al aguafuerte, aguatinta, litográfico, serigráfico, grabado verde, hasta las más actuales como las hibridaciones, la fotolitografía y digital entre las técnicas más contemporáneas.

Cada uno de los intervinientes recibió un diploma acreditativo de su participación en este Encuentro; aunque solo algunos sabrán descifrarlo en su totalidad, salvo el nombre manuscrito de los artistas.
El Encuentro Internacional de Exlibris se inauguró en la sala de exposiciones del Ayuntamiento de Taipéi y se exhibió en 23 institutos de secundaria de la ciudad, para fomento y aprendizaje del grabado como es tradición oriental.
Para la oportunidad de exponer en la muestra Internacional de Exlibristas de Taipéi (Taiwán) Ricardo llevó unos pequeños aguafuertes que había grabado poco antes. Pero, en esta ocasión los intervino con las letras de la palabra E X L I B R I S grabadas con una antigua técnica: a presión con punteros de hierro para grabar letras,con la tipografía del glifo (representación gráfica de un carácter).
Los grabados representaban algunos insectos de su entorno más cotidiano. Esta inclinación estética de los insectos en Casstillo es un claro exponente de la fuerte influencia del surrealismo en su temática.

La serie llevaba el título de Los Habitantes de mi Casa: “Una colección de seis exlibris distintos que componen esta serie, en una tirada de 8 ejemplares cada uno, firmados y fechados en 2002. Están hechos sobre planchas de zinc de 4 mm. En la técnica del grabado a seco y al aguafuerte sobre papel de grabado hecho a mano e iluminado a dos colores (tierra y azul) también a mano”, técnica que describe Teresa Lafita en la revista EXTAMPA nº 9 de 2008, pág.33
Y continúa Lafita refiriéndose a su estilo: “En ellos Casstillo vuelve a decantarse por la figuración como el lenguaje más directo y a elegir el grabado como uno de los mejores sistemas de difusión; también de comunicación entre el artista y el público”.
LOS HABITANTES DE MI CASA
Los habitantes de mi casa son una curiosa evocación de aquellos diminutos seres vivos en los que nunca reparamos. Larvas, polillas y bichillos que conviven con nosotros; en silencio de forma invisible y en ocasiones discordantes, comparten nuestros rincones, muebles y cajones de nuestra casa.
Este Casstillo “entomólogo social” estuvo siempre atento al comportamiento de los insectos, de esos seres diminutos y vulnerables, “observando sus metamorfosis y ciclos vitales. De ahí surge esta serie que repara en mariposas, polillas, pájaros, escarabajos y crisálidas”, aclara Teresa Lafita.
Esos seres que forman un grupo muy diverso, pero muy abundante en nuestro entorno, como ya reflejó Casstillo en su serie Plagas de 1997:
«Plagas 3
DIBUJO DE LA MEMORIA
Veo la Catedral de Sevilla y no me incita a dibujar; veo un reguero de hormigas y trazo una línea.
Oteo la ciudad de la Giralda desde San Juan y ni me acuerdo de pintarla; veo varias moscas sobre un papel de pescado echado a los gatos y trazo varios puntos.
Enfilo con mi vista la puesta de sol por el Aljarafe y me quedo inmóvil; con mi anteojo veo un sapo saltar desde la orilla al agua del Río y pinto espirales.
Cuando paseo la vista por portadas barrocas -orgullo hispalense- sólo me evocan hastío; me siento en una banca y observo la mariposa de la polilla y trazo triángulos».
©Ricardo Casstillo
Esta invocación entomológica de 1997 tendrá continuidad en la pequeña serie de grabados iluminados de 12 x 8 cm, con planchas de distintas tintas y llenas de color.




EXLIBRIS serie RARA AVIS
Queda claro que Casstillo fue un decidido productor de obra gráfica y promotor de la participación conjunta de distintos artistas contemporáneos.
En 1995 Un paisaje un tanto botánico; en 1996 Korral y el Grabado I y Korral del Verano; desde 1998 hasta el año 2000 la colección de aguafuertes 50 Ojos “auténtico vademécum referencial de la estampa en Andalucía” como define el catedrático Fernando Martín; y a partir de 2010, la colección todavía en proceso, El Paisaje Andaluz por Cañadas, Cordeles y Veredas.
Muy poco después de finalizar con éxito la venta de todas las carpetas de 50 Ojos, en este año 2002 vuelve a impulsar una pequeña colección de grabados, recogidos en un libro-objeto cuyo título sería, precisamente, EXLIBRIS.
EXLIBRIS “trata de recoger esa tradición del sello que identifica al propietario de un libro, o de su biblioteca”, como explica el propio Casstillo en su proyecto. Y amplía diciendo que “las asociaciones de exlibristas surgidas en España desde mediados del siglo XX, tratan a esta etiqueta como una representación artística que se colecciona por sus diversos valores, tanto estéticos como históricos”.

De la mano de Jesús Cosano, entonces director de la Fundación Luis Cernuda, propone el proyecto a la Diputación Provincial de Sevilla en busca de financiación para la edición. Para ello se hace acompañar de los más renombrados artistas contemporáneos afincados en Sevilla: Rafael Agredano, Pepe Barragán, Juan Lacomba, Paco Reina y Pedro Simón.
La serie de los 6 huecograbados y los bocetos de cada autor tomaba el nombre de RARA AVIS, es decir, esa expresión latina que se utiliza para referirse a algo o alguien que es inusual, como inusual era editar una serie de exlibris. La serie iría numerada del 1/50 al 50/50, más 6 PA (pruebas de autor) y 6 HC (Hors Commerce o fuera de comercio) junto a una breve historia del Exlibris y una escueta definición de ‘arte’ por parte de cada artista. En total el ejemplar constaría de 44 páginas.
Sin embargo, el lanzamiento de un producto tan exclusivo no prosperó. Aparcó su novedosa idea del libro-objeto EXLIBRIS, pero continuó generando otras ideas para promover el coleccionismo gráfico contemporáneo.
Pepa Pineda Villarrubia, Sevilla. Lunes 9 de septiembre de 2024