Entre 2000 y 2010, Ricardo Casstillo exploró la fusión entre pintura y poesía, integrando referencias literarias en su obra y ampliando su experimentación técnica.

Series como Poeta en Nueva York (2000) y Haikus (2003) combinan pintura, grabado y fotografía, reflejando su interés por la palabra escrita y su interacción con la imagen. Durante esta etapa, su trabajo adquirió un carácter más introspectivo, con una fuerte carga simbólica y conceptual.

Este período reafirmó su identidad artística, consolidándolo como un creador versátil dentro del arte contemporáneo sevillano, con una obra que dialoga entre la plástica y la literatura.