El 16 de mayo de 1997 se inauguró en Huelva un proyecto que Ricardo Casstillo venía desarrollando desde hacía tiempo. La obra, plasmada en parte sobre tela y en parte sobre papel, recogía una treintena de cuadros de pequeño formato. “La exposición bajo el título de Plagas reunía una sola idea: nihilismo”, recogía la Agenda de la semana de El País.

Plagas no solo con el significado de aparición masiva y repentina de seres vivos de la misma especie que causan graves daños, sino también de abundancia de algo nocivo. En este sentido, Casstillo representa al hombre, en determinadas circunstancias, como una verdadera plaga de seres inclementes con el resto de la población humana, del mundo animal y vegetal.

En estas obras, aquellas aglomeraciones fotografiadas en 1996 –que había titulado Plagas I– infestan la mente humana en forma de moscas alborotadas y perniciosas.

Casstillo, desde su postura nihilista, denuncia la acción de esa masa sobre el individuo, y mira con resentimiento este infortunio.
Los dibujos de esta serie están realizados con la técnica artística del frottage. Técnica aparentemente sencilla que fue ideada por Max Ernst, figura fundamental tanto en el movimiento Dadá como en el surrealismo y que, como también hiciera en su momento Ricardo Casstillo, utilizó una extraordinaria diversidad de técnicas, materiales y estilos.
En su Primer Manifiesto Popó, Casstillo comenta que “vivimos un momento un poco triste en la pintura, mediocre. Hay que convertir las ideas en el porqué del arte”.
Por eso, en la última página de su Manifiesto, dedica la “COMPOSICIÓN XIV” a cuatro estrofas del poema “Las moscas” de Antonio Machado, que titula Trampa para insectos. Acompañan la “Composición” estos dos cuadros tapados: Extasisgrafía de la Masa I y II.

Son las moscas el tipo de insecto que Ricardo escoge para expresar el efecto nocivo de la masa, de las plagas, sobre el hombre. Moscas ruidosas, de cambios rápidos y abruptos, verdaderas supervivientes en entornos extremadamente duros, y capaces de seguir reproduciéndose sobre la materia en descomposición.
Esta serie de intervención fotográfica sobre las delicadas calas, símbolos de la pureza y la belleza, avisa de ese peligro de las plagas sobre los seres y las mentes más inocentes.
ARTISTAS POR LOS DERECHOS HUMANOS
Amnistía internacional se había fundado en 1961 como un movimiento mundial de defensa de los derechos humanos, para erradicar la tortura, la pena de muerte, las ejecuciones extrajudiciales y luchar por la libertad. En 1977, la Organización fue galardonada con el premio Nobel de la Paz, y ese mismo año se implantó en España.
Ricardo Casstillo, constante en sus valores, no dudó en participar en la conmemoración de los Veinte Años de Amnistía Internacional en España, que se celebraba en el Real Monasterio de Santa Inés en Sevilla.

La exposición-subasta reunió a todos los artistas del momento, tanto a la mayoría de los componentes de la generación de los 80, como a los más destacados representantes del arte contemporáneo en España. Todos expresaron a través de sus obras un compromiso con las personas que “sueñan con una mañana más digno”, según la Organización.
El cuadro de Casstillo, que representa una botella y una copa cubiertas de serpientes bajo la inscripción “A TERRA TER” fue adquirido en la subasta, pero no nos queda mayor constancia de aquella puja.

Pepa Pineda Villarrubia. Sevilla, lunes a 5 de diciembre 2022