A partir de las vanguardias aparecieron el manifiesto futurista de Marinetti (1909), el primer manifiesto dadaísta de Tristan Tzara (1918), el manifiesto de la Bauhaus (1919) y el manifiesto surrealista de André Breton (1924).
Todos ellos resultaban de gran interés para Ricardo Casstillo; sin embargo, el dadaísmo fue el movimiento artístico e intelectual que más caló en él desde sus inicios y es notable su influencia en muchas de sus propuestas artísticas.
Dadá se manifiesta en contra de los ideales de belleza eterna, contra la eternidad de los principios, contra las leyes de la lógica, contra la inmovilidad del pensamiento, contra la pureza de los conceptos abstractos y contra lo universal en general. Por el contrario, defiende la anarquía, la imperfección, la contradicción, intemporalidad y la desenfrenada libertad del individuo.

Las obras dadaístas estaban realizadas con materiales desechados, con ello se pretendía criticar la mercantilización de las obras de arte. Casstillo no sólo emplea esos materiales de desecho, sino que trabaja, además, con materiales orgánicos y hace lo que él mismo llama figuración accidental.

«Mi universo es una papa, realizado con sal marina y óleos industriales, es uno de los ejemplos de utilización de materia orgánica: con la humedad el lienzo gotea como si llorase» afirma en la entrevista de El País.

Siguiendo esta actitud artística, Ricardo Casstillo se declara abiertamente seguidor del movimiento de Tristan Tzara y publica en 1996 su propio manifiesto, al que llama Popó, “hijo bastardo de Dadá”.
Después de Dadá se han escrito nuevos manifiestos, y justamente este es el caso del I manifiesto Popó de Ricardo Casstillo, no exento de algún matiz diferente debido a la evolución, a su pertenencia a otra generación y a un territorio muy diferente.
Así lo expresa en una entrevista al ABC de Sevilla, firmada por Pablo Ferrand el 24 de febrero de 1996:
«–¿Por qué el nombre de POPÓ?
–Es una especie de broma, donde trato de recordar un poco el movimiento Dadá. En lo más profundo, soy heredero de los surrealistas y del dadaísmo».
Si bien el dadaísmo asume una actitud provocadora hasta alcanzar el escándalo, Casstillo, en esta exposición en el Centro de Arte Unicef-Andalucía, hace su propio ruido embalando las obras que va a exponer y provocando la complicidad y la participación activa del visitante.
«–¿En qué consiste la exposición?
–Está formada por cuatro elementos solubles: la pintura, otros elementos de embalaje, un libro catálogo y una instancia. El libro contiene un texto poético de lo que me provoca mi propia obra. A veces ocurre lo contrario: escribo primero y luego pinto. En la instancia, a través de una carta, se pide que la obra se descubra después de la inauguración. Al final, y jugando un poco con la curiosidad o el morbo, se puede saber a cuánta gente le interesa esta obra oculta».

Ricardo es adepto a los manifiestos dadaístas, sarcásticos e irreverentes que propugnan la ruptura con el capitalismo, lo convencional y los dogmas impuestos por las academias, y, por el contrario abogan por la libertad del individuo y por la inmediatez. En la misma entrevista Ferrand confirma: «Casstillo se caracteriza por seguir un camino independiente dentro de los grupos que se formaron en los años 80. Su obra, que ha ido gestionando a lo largo de 15 años de profesionalidad, está dentro de lo que él define como el contraestilo como oposición a la actitud comercial del pintor».
Es característica en Dadá la separación entre la forma y el contenido de las palabras, que se descomponen en letras, cuya posición abandona toda intención semántica en favor de la intención tipográfica. Y también lo cumple Casstillo en su manifiesto, utilizando toda una diversidad tipográfica y descomponiendo palabras en el cuadro “Cómo detectar la auténtica obra popó”:

En su manifiesto, Tzara indica que estaba “contra los sistemas” y que “el único sistema todavía aceptable es no tener sistemas”, y se declaraba a favor de la continua contradicción y en contra de la acción. Dadá consideraba que una obra de arte jamás es bella, por decreto, objetivamente, para todos, y creía que la crítica era inútil.


es un movimiento que está por venir “Es una contestación contra los planteamientos triunfales y una reivindicación de algo primordial y que se está perdiendo: el sentimiento inteligente en contraposición al falso y rastrero arte de consumo actual” dice Casstillo en su entrevista a El País.
La inauguración de la exposición arrancó con una performance que sorprendió a los asistentes. Apareció repentinamente en la sala un hombre bulbo –símbolo recurrente en la obra de Casstillo– paseando y danzando envuelto en una humareda, entre los visitantes y las cajas expuestas.

Centro de Arte UNICEF-Andalucía 1996
La muestra presentaba 32 pinturas y dibujos que el público no podía ver porque estaban embaladas en cajas usadas de madera que habían sido recogidas del mercado. Ricardo fijó cuatro días para descubrir lo que ocultaba el envoltorio de tablas. Además de los días prefijados, las obras podían destaparse dirigiendo una instancia a la sala “Esto será como un termómetro, puede que nadie se muestre realmente interesado en ver nada” comentaba Ricardo. Cada caja llevaba estampado el número de la composición correspondiente a su texto en el libro-catálogo. En él explicaba la idea “no el concepto de la pintura. Así ponía a prueba el interés por el arte de la ciudad. Pretendo que la gente abandone el papel pasivo en el arte e imagine su propia obra, explica Casstillo«.
Ricardo nunca abandonó su actitud popoísta, tuvo un intento de escribir un II manifiesto Popó, subtitulado Sinmenú, en el que reiteraba que era hijo bastardo de Dadá y que su madre era la danzarina de los siete velos, y explicaba que el movimiento popoísta constaba de un solo artista, de momento.

Años más tarde hizo un borrador del III manifiesto Popó, que volvió a nombrar Sinmenú, “es decir, contra las feria e hipermercados del arte, contra la crítica inútil, sabedores de estar o pertenecer a un menú” decía.
Este borrador termina declarando: “Cuando nací en 1957 llevaba el virus popó dormido pero despertó en 1996 en pleno invierno, pero ya conocerá primavera y pondrá flores en las tumbas. Popó no conoce ninguna fórmula o teoría sobre la pintura, la escritura, la música, la danza ni el trapecio, las demás manifestaciones artísticas no cuentan, ya estaban en el menú”.

Pepa Pineda Villarrubia, lunes 7 de noviembre de 2022
2 respuestas
Conocía “los mostachones” pero no sabía de donde venían. Hoy conozco un poco más al artista. Gracias Pepa.
Lo vamos conociendo poquito a poco, Jaime. Esta es la aventura de este blog. Gracias a ti.