Y llegó el día en que se exhibiera al público el proyecto galardonado en 2003 con la Beca Daniel Vázquez Díaz, en la Sala XXI del Museo de Huelva.
Había pasado algo más de un año durante el que Casstillo estuvo dedicando todo su empeño creativo a EL LIMBO DE LAS COSAS, la propuesta seleccionada por el jurado por sus personales planteamientos técnicos y por su particular manera de ver el mundo a través de la pintura.
Del mismo modo, atendiendo a las bases del concurso, procedió a donar una de las obras originales a la Diputación de Huelva, para que pasara a formar parte de sus fondos artísticos. Y no fue otra que este cuadro de la serie El Inquilino Elemento, el nº IV. Una obra de 90 x 90 cm salpicada de referencias a la historia del arte y del pensamiento.
Referencias como La hora del té, 1999, de Antoni Tapies con materiales humildes (tierra, polvo, tejidos), colores fuertes y formas abstractas que evocan la búsqueda de la conexión entre el artista y la materia; tan admirado y seguido por Casstillo también, por la publicación de algunos textos y reflexiones filosóficas muy cercanas al tono poético.
O la alusión a un fragmento de El ángel anunciador de El Sueño de Joaquín del Giotto –que aparece en otra de sus obras–, personificando la intervención divina en la vida humana.
Y con toda libertad, la remisión directa a las cabezas fusionadas, que ilustran la fuerte relación entre Lorca y Dalí. Somos dos partes de una misma mente (Dalí). Este vínculo que surgió como una amistad, y derivó en un amor y admiración mutuos, fue la fuente de una creatividad arrolladora, con decisivas consecuencias para la obra y la vida de ambos amigos.
¿Por qué esas referencias al mundo interior, al sueño revelador, a otra mente que comparta una intimidad creativa y una comunión artística que trascienda la amistad?
Casstillo recurre a un amplio repertorio de imágenes propias y prestadas, sacadas de su contexto original y reconvertidas para desarrollar una función expresiva. Este aparato artístico-intelectual que despliega sobre la tela se mueve bajo nuestra mirada en un afán constante de comunicación con el que mira.
Como artista sintió siempre una gran soledad espiritual. No había antecedentes artísticos en su familia, ni contaba con nadie en su entorno más íntimo que le ofreciera una relación emocional e intelectual, con quien compartir pensamiento y sensibilidad artística profunda. En soledad con su mente inquieta en permanente estudio y búsqueda de elementos simbólicos y mitológicos para su pintura.
Como simbólicos y mitológicos son los títulos que propuso desarrollar en el proyecto de El Limbo de las Cosas:
El Limbo de las Cosas ya había comenzado en 2002, como el inicio de un proceso de trabajo, una manera de trabajar que no tiene interrupción, como él mismo explicaba: “más que evolucionar de manera lineal, se hace a base de golpes o de series, que se cierran y decidimos empezar a hacer otras cosas, aunque siempre lleva una forma de hacer de ti […], es como un trabajo que yo me he organizado de manera que no tiene fin, lo que sí irá cambiando”.
En las bases de la convocatoria, la Beca ofrecía una dotación para desarrollar el proyecto, pero, además en este caso se recogió toda la obra presentada en este catálogo editado por la Diputación de Huelva, la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía y la propia Fundación Vázquez Díaz:
La inauguración tuvo lugar el miércoles 12 de enero a las 19’30 h., en la Sala Siglo XXI del Museo de Huelva , organizada por el Área de cultura de la Diputación con la colaboración de la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía, a la que acudieron un importante número de visitantes y numerosos amigos desde Sevilla.
Aquella fue una tarde realmente feliz para Ricardo Castillo al ver culminado su esfuerzo artístico con la exhibición de su obra en el Museo y por la respuesta del público asistente.
La muestra se mantuvo dos semanas en la ciudad de Huelva, para pasar al Centro de Arte Moderno y Contemporáneo Daniel Vázquez Díaz a partir de febrero en la ciudad de Nerva, donde se clausuró el 13 de marzo:
El crítico de arte, José Yñiguez escribía en el catálogo de El Limbo de las Cosas “No es una serie sino una larga etapa en su pintura, que acababa de comenzar, trabajando desde su personal manera de ver el mundo, en busca de procedimientos que le permitieran expresar sus inquietudes”.
Y así fue. Ricardo Casstillo continuó desarrollando este proyecto hasta presentar una segunda entrega en 2006, esta vez en Sevilla, incorporando nuevas series y publicando por primera vez algunos poemas de varios de sus poemarios.
Pepa Pineda Villarrubia, Sevilla. Lunes 28 de abril de 2025
