Fecha

BIENAL’90 ALMERÍA

Los 80 fueron años de una transición importante porque dio vía libre a toda forma de crear. Los 90, por su parte,  son de recuperación de las nuevas vanguardias de veinte años atrás. Son más bien de germinación de una semilla introducida por la transvanguardia.

Es el momento de Duchamp para quien el arte es un juego, pero también es la vida misma, la muerte, lo efímero, lo sencillo y lo complejo; de  Man Ray, fotógrafo que retrató con su cámara tanto a cubistas como a surrealistas; de Fluxus, un grupo de anti-arte que acaba redefiniendo por completo al arte mismo; Andy Warhol; de Joseph Beuys, admirado por Ricardo Casstillo por su arte como acto iniciático; del artista como chamán como en tiempos primitivos  y del arte povera  italiano, todos en convivencia con el Picasso realista y con Magritte.

Los artistas ligados al povera defendían abandonar la jerarquía de los materiales, rechazaban el consumismo y se interesaban por las fuerzas de la naturaleza y la modernidad industrial.

Beuys fue uno de esos artistas que constituyeron el llamado arte conceptual, que tanto influyó en Ricardo y que más que belleza busca la especulación intelectual.

Siguiendo aquella saludable tendencia de finales de los 80 de las administraciones públicas a comprar obra de artistas contemporáneos, en Almería se organiza una primera bienal, concebida  como colección de arte para la ciudad.

Obra adquirida a Ricardo Casstillo por la Bienal’90 Almería

Ricardo participa en esta ocasión con dos obras  en su línea de pintura industrial y emulsión fotográfica, de técnica mixta 120 x 100 cm y sin título y consigue que  la Bienal le adquiera una de las obras,  que cuelga en la primera planta del claustro de la Escuela de Artes de Almería.

En Sevilla vivimos una gran transformación urbanística provocada por la inminente Exposición Universal de 1992. Promovida fundamentalmente por Felipe González y Alfonso Guerra, , sevillanos interesados por su ciudad y que consolidaron este año 1990 su tercer gobierno, después de que el Partido Socialista Obrero Español (PSOE) volviera a ganar las elecciones generales. Esta transformación, que supuso un gran crecimiento de la economía sevillana,  repercutió muy positivamente en la cultura y en las artes gracias al apoyo de las instituciones.

El cine español duplicó el número de espectadores en el primer cuatrimestre del año. Algunas películas españolas recaudaron  una cantidad superior a 100 millones de pesetas: Átame, de Pedro Almodóvar; ¡Ay, Carmela!, de Carlos Saura; y El sueño del mono loco, de Fernando Trueba, que consiguió seis Premios Goya en este año.

Ricardo Casstillo se hace un hueco en el mercado del arte,  un mercado con un consumo feroz que propicia la aparición de nuevos nombres (Barceló, Sicilia…). La pintura es la más reconocida y abundante de las artes plásticas en este momento y Ricardo consigue empezar a vivir plenamente de su pintura a partir de ahora.

Pero, a pesar de su pintura, a pesar de sus clases, de sus noches de charlas y encuentros, siempre tiene un momento para mantener ese diálogo constante con su Primer Cuaderno de Escritos y Otras Poesías, en el  que nos deja poemas como este donde apela a una fusión del  hombre con la naturaleza. Le exhorta al respeto por  el orden natural, a que  ame a los demás seres de la Madre Tierra, abandone su  poder y se funda con ella. Un poema en el que advierte que no habrá un lugar para habitar la Tierra hasta que el hombre no descienda a la humildad y la sencillez de los demás seres.

PARA HABITAR LA TIERRA

Mientras no atravesemos

nuestra alma por el árbol

mientras nuestro corazón

no se confunda con la tierra

mientras que nuestro amor

por las cosas que tienen vida

no haya mejorado,

el hombre no encontrará

casa para habitarla

entre los demás seres.

Hasta que entendamos

que entrar en el largo

sueño  del final de nuestras vidas

no es malo

hasta que nuestra piel

no se haya fundido

con el aire.

Hasta que dejemos de caminar

erguidos,

hasta entonces no encontraremos

casa para habitarla

entre los demás seres.

Cuando el hombre decida

deshabitar la casa de la ciencia

cuando el hombre decida

deshabitar la casa del poder,

hasta entonces

no encontrará otra casa

para habitarla

entre los demás seres.

Ricardo Casstillo, 1990  

Pepa Pineda, lunes 30 de mayo de 2022

Más
Artículos

9 respuestas

    1. Gracias, Carlos.
      Lo está conociendo mucha gente que solo recuerda su pintaba poco vendible y su enorme simpatía.
      Pero detrás tenía un trabajo muy serio, con un propósito muy determinado que no compartía fácilmente.
      Seguiremos disfrutándolo.
      Un abrazo.

  1. Ay Pepa, la verdad es que estas haciendo una labor maravillosa. A Ricardo no se le puede olvidar. Todas las artes las manejaba, él era arte. Me encanta seguir tus publicaciones. Gran labor.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *