Tras aquella muestra de poesía visual –Ut Pictura Poiesis–, que Agustín María García López ofreciera en Korral junto al poeta Juan José Espinosa el 31 de enero de 1996, surgió un intercambio de ideas y conversaciones con Ricardo Casstillo.

Uno de los primeros frutos de estos encuentros ocurridos en Korral fue el encargo a Casstillo de ilustrar el número 11 de Palimpsesto, revista de creación sevillana centrada en la difusión de poetas contemporáneos, y de la que Agustín María fue cofundador, codirector, ilustrador y diseñador gráfico desde 1990 hasta 1997, cuando la revista dejó de publicar las secciones de poesía visual. Para este número Ricardo rescata dos de sus grabados de 1992 con un delicado simbolismo, para ilustrar los poemas de Rafael A. Téllez y Juan Carlos Mestre.
“Para el número 11 (1996), le pedí a Ricardo Casstillo unos grabados -preciosos grabados- que vieron la luz en sus páginas”, dice Agustín María García.

Este número estaba dedicado a poetas entre los que se encontraban Francisco José Cruz, el portugués José Bento (uno de los principales referentes portugueses de la generación poética de los 50), el poeta visual de Gustavo Vega y el propio Agustín María.
El suplemento, como se acompañaba a cada número, en esta ocasión está a cargo de Francisco José Cruz, que lo dedica a letras flamencas, con dibujos de Antonio Sosa.

La Revista solía contar con ilustraciones de Agustín María García y con la participación de los más conocidos pintores de arte contemporáneo: Juan José Fuentes, Carlos Montaño, Félix de Cárdenas, el también poeta Pablo del Barco, Juan Lacomba, Antonio Sosa y en este número contó con Ricardo Casstillo.

El término ‘palimpsesto’ (παλίμψηστον ) designa aquellos papiros o pergaminos en los que se ha escrito un texto sobre otro anterior que había sido borrado artificialmente.
Pero dentro de la creación literaria, se aplica a la inclusión de un texto preexistente en una obra nueva en la que cobra un nuevo sentido.
Para Agustín María García López, “Las dos acepciones son válidas, aunque no en el sentido de un simple collage intertextual, sino en el de articular la tradición con la originalidad. Y en el profundo sentido humano de escritura, pérdida y reescritura. Signos perdidizos, huellas de tiempos que huyen, y que confluyen de nuevo en la fusión de la memoria, la vivencia y la imaginación”.
ARTISTAS CONTRA EL RACISMO
En la primavera de 1996 el Comité Provincial “Somos diferentes, somos iguales”, de la mano de Juan de Aizpuru, ante la inquietud generada por el racismo y la intolerancia, puso en marcha una serie de actividades destinadas a la sensibilización ciudadana para incitar al respeto a la diferencia y a la igualdad de derechos.
Ricardo Casstillo, firme defensor de estos valores que ven amenazados ciertas minorías no duda en colaborar activamente en la subasta de arte Artistas contra el racismo que ha organizado este Comité . Elige uno de sus primeros cuadros de los 80, con una clara influencia del expresionismo alemán (de Anselm Kiefer, según Pedro Simón) que representa la huida de un ser humano en busca de la libertad.
El acto fue patrocinado por la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía y consiguió una razonable recaudación gracias a la venta de algunos de aquellos cuadros, entre ellos el de Casstillo.

DAN KAPLAN, CONCIERTO DE GUITARRA EN KORRAL

Pocas semanas después del cierre del ciclo La Pintura y La Escritura, Korral continuó con las múltiples actividades que organizaba en torno a las artes. Y la música clásica no había tenido cabida hasta que Casstillo organiza el concierto de guitarra española que nos ofreció Dan Kaplan, un guitarrista neoyorquino que acababa de asentarse en Sevilla. Lamentablemente no queda ningún testimonio gráfico de aquel concierto, salvo la invitación, pero sí queda el recuerdo de una sala abarrotada de personas en silencio atendiendo a sus acordes.
Años más tarde, Dan formó su propio grupo (Dan Kaplan Trío); dirigió durante diez años el Conservatorio Municipal de Estepa; compuso bandas sonoras, y se convirtió en profesor de guitarra clásica y lenguaje musical en el colegio San Francisco de Paula de Sevilla.
Todo un profesional que dejó sus elaboradas notas entre los muros de Korral del Arte Factoría.


Agradecimientos por su ayuda y colaboración a:
- Francisco Martínez Cuadrado.
- Agustín María García López.
- Jaime Partida.
- Michel Maurice.
- y Pedro Simón.
Pepa Pineda Villarrubia. Sevilla, lunes 21 de noviembre de 2022
3 respuestas
De la wiki.fr, complemento acerca de «Waltzing Matilda»:
L’histoire et les paroles de ce chant sont étroitement attachées aux racines culturelles du pays. Le sens des paroles peut prêter à confusion, principalement du fait que de nombreux termes utilisés dans ces paroles sont purement australiens. De nombreux étrangers ne pourraient y voir qu’une chanson naïve, folklorique ou bien populaire. Pourtant le contexte narratif du texte (le swagman est un personnage familier dans l’histoire du pays), le cadre géographique (le billabong), son sens reconnu par tous les Australiens (lié aux contextes politiques et historiques), son vocabulaire typiquement local, lui confèrent une aura nationale.
Le terme de swagman lui-même est très local : il désigne un ouvrier journalier qui propose ses bras dans les exploitations agricoles, dans les fermes (les fameuses stations). Il offre ainsi ses services au gré des demandes locales : tonte des moutons, ramassage des fruits et légumes, réparation des clôtures, etc. Entre deux embauches, il se déplace à pied, ne portant avec lui que le strict minimum, à savoir : un baluchon (le tucker bag), une bouilloire (la billy), simple boite de conserve avec une anse en fil de fer, et une couverture dans laquelle il s’enveloppe la nuit, la fameuse matilda. Ce nom affectueux lui a été donné car elle est le seul réconfort du swagman lors du bivouac, après une journée de labeur ou un long périple.
L’expression « waltzing Matilda », que l’on peut traduire par « faire valser Mathilde », rappelle le balancement régulier de cette couverture : lors de sa marche, le swagman porte sa matilda roulée, suspendue à son dos où elle se balance (waltzing) au rythme régulier de la marche. Par métonymie, « waltzing matilda » désigne l’invitation à se joindre à la marche : le swagman invite souvent d’autres confrères à partager un bout de chemin ensemble pour briser une certaine solitude, sinon une monotonie certaine du parcours fait à pied (les distances sont grandes d’une station à l’autre, en Australie.). Proposer une telle marche commune se résume alors à dire : « Come a-waltzing matilda with me », littéralement « viens faire valser la mathilde avec moi », soit « viens avec moi ».
Muchas gracias, Michel. Seguro que son palabras certeras, pero me temo que tendrás que traducírmelas, ja, ja, ja.
No sabía qué era un palimpsesto. Cuánto aprendemos con tu blog! Y qué interesante.
Un abrazo