El Negro Albino, 2014 óleo sobre lienzo, 195 x 130 cm firmado en el reverso.
La Venta de la Negra, ed. Aconcagua Libro, Sevilla 2022 es el cuarto libro de la serie ‘Los Invisibles’ de Jesús Cosano.
Todas sus ediciones anteriores han sido ilustradas por pintores de vanguardia como Patricio Cabrera y Rorro Berjano.
En esta ocasión, en homenaje a Ricardo Casstillo, fallecido en 2020, Cosano ha querido que la portada y algunas imágenes del interior de su libro sean de su gran amigo y compañero de algún que otro viaje, con quien ha compartido multitud de historias a lo largo de treinta años.
Ayer, en la CARBONERÍA de la calle Parras, nº 2 de Sevilla, tuvo lugar la presentación de la IV entrega de la Colección Los Invisibles, que comenzó en 2017.
Cosano tuvo hermosas palabras dedicadas a su amigo y nos habló de un territorio inmenso que va desde la Venta de la Negra, en Puebla del Río, hasta las profundidades del Bosque de las Rocinas, donde los negros cimarrones sobrevivían escondidos. Junto a ellos, las esclavas y esclavos de los duques de Medina Sidonia, que los acompañaban a sus fiestas y orgías en Doña Ana, y los Curros, negros y mulatos libres que trabajaban en las salinas, en las almadrabas de los duques, construyendo barcos o haciendo carbón.
El libro contiene un CD con canciones escritas e interpretadas por Fernando Gallegos, basadas en esta obra y que cantó en directo nos hizo partícipes de su ritmo a todos los asistentes al acto.
Ricardo Casstillo siempre fue sensible a los débiles, a los invisibles, a la falta de libertad y a los olvidados y eso quedó plasmado en su pintura.
PRÓLOGO
En el prólogo de La Venta de la Negra, Cosano cita a su amigo y dedica estas palabras a Ricardo Casstillo (1995):
«Para mí, sólo hay un proceso creativo válido: el que se hace en honestidad consigo mismo y por ende con los demás…»
«Desde los inicios de Los Invisibles, los ilustran las creaciones de grandes pintores, amigos de arte que prestan sus imágenes para darle visibilidad a los invisibles. La portada de esta cuarta publicación de la colección, es de uno de ellos, Ricardo Casstillo. Por días no pude proponérselo personalmente. Gracias a su compañera, Pepa Pineda, hemos podido hacerlo.
La portada de La Venta de la Negra es una creación suya y los dibujos de uno de los relatos del interior que escribí pensando en él, también. El relato se llama: Cómo la Compañía de Jesús se nutría de niños «huérfanos y esclavos» para su servicio. Las obras fueron seleccionadas por Pepa y por mí, con la certeza de que representan una de las obsesiones de Ricardo: su lucha por sacar a la luz la memoria de los débiles, de los olvidados, de los invisibles. Es mi pequeño homenaje a Ricardo, maestro de vida, la honestidad, el arte y el corazón.