A finales de 1999 Ricardo Casstillo, gracias al compromiso del editor Luis María Venegas, ya había conseguido consolidar su proyecto de coordinar una colección de aguafuertes. Sevilla es un mundo difícil para el mundo del arte, y por tanto llegar a tres carpetas, aun a falta de la mitad de la serie, lo consideraba un logro.
Con esta iniciativa pretendía incitar al atractivo por el coleccionismo, despertar el interés por destacados pintores cuyas creaciones resultarían tan difíciles de adquirir en las galerías donde exponen. Esta edición era lo suficientemente limitada –30 ejemplares– para conseguir que, quien poseyera alguna copia, pudiera considerar que tenía algo casi original.

Esta tercera entrega contenía obras de cuatro destacados artistas: Guillermo Pérez Villalta, Mercedes Carbonell, Juan Lacomba y Rafael Zapatero, y fue presentada por José Antonio Íñiguez, autor del texto que la acompañaba y conocido crítico y comisario artístico, en la Fundación Cruzcampo de Sevilla el 20 de diciembre de 1999.

Mercedes Carbonell,
Guillermo Pérez Villalta,
Rafael Zapatero
y Juan Lacomba
En palabras de Casstillo: “La iniciativa pretende realzar el valor que tiene por sí el grabado, un arte “de primera” que, a pesar de su difícil difusión y su capacidad de divulgación, no ha despertado en la ciudad el interés que sí ha levantado en zonas como Madrid y Barcelona. Este hecho resulta paradójico porque en Sevilla se viene grabando desde las Indias. De hecho actualmente solo sobreviven a duras penas en la capital dos talleres: Escalpo, en la calle San Vicente, y el Taller del Pasaje”, (Diario de Sevilla 02-01-2000)

aguatinta y barniz blando sobre cobre, 1999
Pérez Villalta -nacido en Tarifa y afincado en Sevilla donde mantenía su estudio y su domicilio- “reivindica en este grabado el carácter ornamental del arte”, comenta Íñiguez en el catálogo.
50 ojos proponía una colección de seis carpetas con cuatro grabados cada una, que reuniera a una veintena de artistas de diferentes tendencias con el único denominador común de haber tenido a Sevilla como trasfondo. «La colección completa vislumbra a una generación que, desde líneas estéticas muy diferentes y a la par muy distantes de las directrices de la Academia de Bellas Artes, ha concebido sus trabajos con un acentuado espíritu moderno. Aunque con líneas muy personales, estos pintores han seguido, en su gran mayoría, la estela del expresionismo americano», expone Ricardo en el Diario de Sevilla del 02-01-2000

Rafael Zapatero, que tras su paso por la abstracción, saltó pronto al bando de la figuración y recuperó la sencillez del buen hacer con delicados dibujos a la punta de plata.
“El carácter universal que el grupo defiende de la obra de arte hace inconcebible definir sus propuestas como pintura sevillana, máxime cuando aún muchos siguen asociando a estos términos un cierto folclorismo. En este sentido, cada uno hace la reinterpretación de la tradición artística desde posiciones individuales y biográficas”, según el análisis de José A. Íñiguez en el mismo periódico.

Juan Fernández Lacomba compuso para 50 Ojos “una especie de ideograma de la visión y el paisaje, una forma orgánica muy simple que evoca la naturaleza como fuente de vida”.
Para la selección de los autores, Casstillo siempre tenía en cuenta fomentar el trabajo de las mujeres creadoras de su generación. De hecho, en esta y en próximas colecciones, cada carpeta cuenta con la obra de una artista. Y este es el caso de Mercedes Carbonell, una de las mujeres que, por fin, habían logrado incorporarse al panorama artístico de la ciudad y que aportó a 50 Ojos una imagen de su propia identidad. Uno más de sus autorretratos, esta vez con “una fuerte tensión entre figuración y abstracción” como lo describe José A. Íñiguez en el catálogo que se publicara años más tarde.

La colección continuó con una cuarta entrega que vió la luz solo cinco meses más tarde, fruto de la ilusión y el continuado esfuerzo de Ricardo Casstillo y de la confianza que en él depositaba su editor Venegas.
Prestar mucha atención, eso significa 50 Ojos, como los de Argos Panoptes, el que todo lo ve, el gigante que estaba despierto y dormido al mismo tiempo, pues tenía cien ojos, de los que cincuenta se mantenían siempre abiertos y los otros cincuenta cerrados. Este mito impulsó el título de la colección: que el arte no se abandone y que tanto el artista como el público estén siempre alerta.
CASSTILLO Y SU PASO POR ESTAMPA 99
El Salón Internacional del Grabado y ediciones de Arte Contemporáneo pone al alcance del gran público esta antigua especialidad de las artes plásticas. Patrocinado por el Ministerio de Cultura desde su primera edición, la feria de Estampa 99 reflejaba la importancia del grabado como manifestación artística, una técnica en la que Ricardo Casstillo se había especializado y de la que fue maestro desde sus primeros pasos en su carrera artística, de ahí su interés en participar en Estampa99.

En 1999 la galería sevillana La Caja China participa por primera vez en este Salón Internacional del Grabado, celebrada en la Casa de Campo a primeros de noviembre. Presentó obras de una decena de pintores de reconocido nombre en la ciudad: Pepe Barragán, Daniel Bilbao, Félix de Cárdenas, Paco de la Matta, Juan J. Fuentes Luis. G. Moreno, Pedro Mora Frutos, Javier Parrilla, Pedro Simón, Jesús Tejedor, Rafael Zapatero y Ricardo Casstillo.
De entre todos, La Caja China eligió como motivo para la invitación, precisamente, un grabado de la serie Consecuencias del hombre que Ricardo trabajara con emulsión fotográfica sobre el aguafuerte en 1989.

Asimismo, para la publicación del catálogo de ese año, la organización de la VII edición de Estampa –en la que participaron más de 1.000 artistas y un centenar de galerías y editores de obra gráfica– contó solo con uno de los grabados que representara a la galería sevillana, y no fue otro que el particular grabado Sota de Bastos de la serie El Arte Curativo de Casstillo:

Exhibir su grabado en un Salón donde se cuelgan obras de Picasso, Joan Miró, Antonio Saura o Eduardo Úrculo fue para Casstillo una gran oportunidad para que cientos de galeristas y coleccionistas pudieran conocer su trabajo.
AQUÍ PUEDES VER EL CATÁLOGO COMPLETO
Estampa se mantuvo fiel a esta técnica desde sus inicios en 1993 hasta que en 2010 la feria tomó un camino más generalista y optó por abrir sus fronteras a todo tipo de creación artística. Hoy Estampa acaba de cumplir 30 años con un programa de galerías españolas de renombre, coleccionistas internacionales y espacios comisariados por importantes personalidades del mundo del arte. La feria continúa mostrando al público el arte contemporáneo más reciente y novedoso a través de artistas emergentes y nombres ya consolidados.

Pepa Pineda Villarrubia, lunes 24 de abril de 2023
2 respuestas
Me encanta Pepa el trabajo que estás realizando dd conservación y difusión de la obra de Ricardo. Cuando comencé mi tesis doctoral sobre la posmodernidad, década de los 80, en Andalucía..no podía imaginarme que eras la compañera dd R Ricardo.Espero y deseo volver a vernos. Jn abrazo Lola
Gracias, Lola. La difusión de su obra era algo obligado. La historia del arte de los 80 no puede quedarse incompleta. Esta es mi tesis personal y mi trabajo de vida. Espero verte.