En el Patio San Laureano – donde se encontraba Korral– se establecían colaboraciones entre los artistas que tenían allí sus estudios: el pintor Ricardo Cadenas, Antonia Jaén con su taller de cerámica, las restauradoras Cristina Corchón –con su taller dentro de Korral– María Puch, sobrina del pintor Gonzalo Puch, y Carmen Velasco. Por su parte, Javier Buzón vivía en un pequeño apartamento del Patio, y Moisés Moreno y Salomé del Campo tenían estudio y vivienda.
Entre las colaboraciones con Korral, destacan sobre todo las del pintor Ricardo Cadenas conduciendo algunas sesiones de Dibujo del Natural, con gran acogida de participantes.
De aquellos fecundos intercambios surgió la organización de una exposición de piezas de cerámica realizadas por algunos creadores que provenían de ámbitos artísticos muy alejados de la cerámica, mientras otros eran habilidosos maestros de la disciplina. El profesor de cerámica Moisés Moreno, que por entonces trabajaba en el Ayuntamiento de Utrera, reunió entre los artistas del Patio San Laureano y Korral a maestros que contaban con una trayectoria consolidada y exitosa, junto a otros que habían comenzado su andadura pocos años antes.
Delft, la ciudad holandesa famosa por su cerámicas en blanco y azul, y tierra natal del pintor Johannes Vermeer dio nombre al proyecto.

Proyecto Delft fue comisariado por Moisés Moreno, auxiliado en cuestiones técnicas por Antonia Jaén y Pedro Hurtado, y patrocinado por la Diputación de Sevilla. Se expuso en la Casa de la Cultura de Utrera y en el Museo de Arte Contemporáneo de Sevilla. Y cada una de las piezas era acompañada por una obra en papel del mismo artista con idéntica temática, así como de la documentación fotográfica del proceso creativo.
Antonia Jaén, además de hacer su propia pieza, auxiliaba a los artistas invitados a realizar una obra múltiple cuyos únicos requisitos imponían el trabajo con la arcilla como material, unas dimensiones delimitadas y unos determinados procesos técnicos, dejando libertad de acción en la temática.

Los artistas tenían la idea, pero no tenían un taller de cerámica para poder ejercitarla. Hacían sus bocetos y hablaban con Antonia en su taller cerámico y ella les asesoraba con las pruebas.

Las piezas se trabajaban en el taller de Vaciado, del también artista participante Pedro Hurtado. Y Antonia Jaén era quien producía las piezas en su taller de Tomares.
El Catálogo cuenta con un diccionario muy particular donde todas y cada una de las definiciones contenidas están referidas únicamente al ámbito de la exposición titulada “Proyecto Delft”.
Así, por ejemplo, el término Cubo se define como ‘Volumen máximo posible cercado por Ricardo Casstillo para contener la mínima intervención y significar la postura ética de la creación a partir de lo más primario e inmediato.// Cuento muy repetido que ilustra la ocupación por parte del hombre de un espacio natural y la posterior utilización que hace de sus recursos hasta la inevitable degradación del medio’. Todos los artistas invitados a este proyecto, formaban parte de la generación de los 80 de Sevilla

Tras 20 años, en 2016 llega esta exposición bajo el título Proyecto Delft: Veinte años (1996-2016) al Museo de la Cerámica de Triana, donde se mantuvo abierta durante tres meses, con una buenísima acogida por parte del público de las obras que estos 19 artistas realizaron aquel verano de 1995.
EL SIGLO QUE VIENE Nº 24/25 1995
Fuera de su actividad en aquel espacio compartido de creación, Korral, que ocupaba todo su tiempo, Casstillo sigue en permanente contacto con el mundo cultural de la ciudad y es invitado a participar en el monográfico de cine al que la revista de cultura El Siglo que Viene dedica losnúmeros 24 y 25. Este número doble vuelve a reunir a la nómina de artistas sevillanos de los 80 que, en su mayoría, participaron del “Proyecto Delft”.

Este año 1995 fue un torbellino de conferencias, ciclos, publicaciones, seminarios, fiestas, exposiciones y demás formas colectivas de encuentro y reflexión cultural. Todo dedicado a celebrar el Primer Centenario del Cinematógrafo.

En su particular homenaje, la revista quiso ofrecer una aproximación al cine a través de la visión y reflexión tanto de directores, poetas, novelistas como de artistas y pintores –entre los que se encuentra Ricardo Casstillo– en un intento de plasmar la proyección universal de este arte en la cultura y en la vida cotidiana.
Para despedirnos, dejo hoy su vídeo de la serie de pintura industrial de 1989, cuyo título juega oportunamente con el vocabulario del cine y el impacto de la actividad fabril del hombre:
“Con Secuencias del Hombre”
Pepa Pineda, lunes 26 de septiembre de 2022
2 respuestas
Muy buena época para Ricardo la de Korral. Cuántas cosas buenas ocurrieron en esos tiempos. Me alegro las hayas vivido, compartido y ahora recordado. Gracias. Recuerdo esa época con un emoción muy especial.
Sí que pasaron cosas muy interesantes. Tuvimos la suerte de vivir un espacio lleno de arte y libertad. Allí no éramos alumnos, éramos personas que querían hacer cosas, crear y ahí estaba la dirección de Ricardo.